Hace poco fue mi cumpleaños y mi tía me regalo una mochila
vaquera con toda la intención de que yo misma me la personalizara, y así lo
hice. Cogí cintas que tenia por casa, colgantes de pulseras viejas, pins y
chapas e incluso pendientes.
Cogí la pistola de cera caliente y me puse a ello. Primero
cree el diseño en mi mente, y después fui enganchando las tiras con imperdibles.
Una vez vi el efecto me puse a pegar.
Id con cuidado si ponéis encajes, la cera caliente la
traspasa y queda un pegote que estropea el efecto. En este caso, podría haberlo
cosido, pero podéis aplicar esta técnica en bolsos y ahí es más complicado
pasar la aguja.
Después puse las chapas, y alguna de ellas, estratégicamente
colocada para tapar los pegotes de cera de los que antes hablaba. Como quedaba
un poco sosa, le dí algo de color con pendientes desparejados que tenía por
ahí. Solo hay que clavarlo, un puntito de cera y cortar el rabo con unas
alicates.
Finalmente, en el bolsillo exterior puse un par de pins que combinaban
perfectamente con un llavero de fieltro que tenia por casa, el cual enganche en
el cierre de la cremallera.
Solo decoré la solapa porque llenar la mochila me parecía exagerado.
Pero si ponernos una decoración más discreta, quizás si podamos decorarla entera.
Cuando os canséis del diseño, es tan fácil como cambiar las
chapas o quitarlas. Podemos añadir otras tiras de otros colores, etc. Además,
no olvidéis que existen pinturas para tela, pero para eso hay que tener mucho
arte!
Espero que os haya gustado!!
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