Primera receta del blog!
Se acercan las fiestas patronales en honor al Santísimo
Cristo del Calvario de L´Alcora, y esto conlleva una serie de “rituales
ocultos“. Desde principio de agosto, todos los años son iguales, compramos el
libro de fiestas, compramos las velas de la procesión, y los grupos de Face y
Whatsapp se multiplican, que si grupo de paellas, grupo de meriendas, grupo de
baile de gala, grupo de disfraces,… además en los garitos se hace limpieza,
para hacer sitio para toooodoooo lo que compramos para pasar unas buenas fiestas.
Las fiestas ya están en el ambiente, en escaparates y en
fotos que grupos de Facebook recuerdan, y las calles empiezan a estar muy
transitadas de la gente que vuelve de los apartamentos y masets. Se empiezan a
montar barreras y toriles, y los bares anuncian sus menús y ofertas para esos
días. Pero uno de los “rituales” más antiguos, es la preparación
de los caracoles de ahí, que desde el ayuntamiento tuviera la iniciativa de
organizar la ruta del caracol. Bueno no me enrollo más.
Ingredientes:
Caracoles
Cebolla
Tomate
Guindilla
Almendras
Ajos
Pan
Perejil
Sal
Aceite oliva
Elaboración:
Primero hay que lavar los caracoles con abundante agua fría
varias veces, hasta que dejen de soltar babas, además aprovechando este paso,
podemos ir eliminando aquellos que tengan la cascara rota o que estén muertos.
Una vez no saquen espuma (babas) los lavaremos de nuevo con agua y sal.
A continuación pasaremos a “engañar a los caracoles”,
consiste en ponerlos al fuego en una olla cubiertos de agua, poco a poco iremos
aumentando el fuego, para que el agua vaya cogiendo temperatura y los caracoles
vayan saliendo, cuando estén fuera, es el momento de subir el fuego hasta que
el agua hierba, dejándolo así durante 5 minutos. Hay gente que también pone
ramitas de romero o tomillo en el agua. En mi casa, este proceso se hace en dos
o tres pasos, cambiando el agua varias veces, con el fin de que estén
completamente limpios.
Por otro lado, en una sartén sofreiremos el tomate y la
cebolla con aceite de oliva. Aquí es donde cambia la receta en cada casa, hay
quien añade taquitos de jamón, panceta, chorizo,…
Cuando tengamos engañados a los caracoles, los pondremos en
una cazuela, si es de barro mejor, con el agua de su propia cocción. Les
añadiremos la guindilla y el sofrito, y lo dejaremos cocer durante unos 30
minutos. Finalmente añadiremos “la picaeta” hecha con los ajos, almendras, pan
frito, y perejil, y lo dejaremos cocer unos 30 minutos más.
Ahora que ya está hecho, solo falta mojar el caldo con el
pan, un buen bote de palillos y una cervecita fresquita para acompañar,
rodearse de familia y amigos y a disfrutar!
No he indicado cantidades porque depende de los amigos que
vayáis a reuniros para comerlos, o si los vais a comer como plato principal o
como tapa junto al vermut. El picante va al gusto, aunque a mí me gusta que se
note. Finalmente, id con cuidado al removerlos, ya que romper las cascaras es
un rollazo y estropea bastante la salsa. No os olvidéis, cuando lo sirváis de
acompañarlos de un plazo vació para tirar las cascaras.
Esta receta la he extraído el libro Gastronomía de L´
Alcalatén, de Amadeu Porcar Hueso, Mª Rosa Fortanet Allepuz y Enrique M.
Salvador Sancho, con el fin de que no se me olvide ningún ingrediente ni ningún
paso. Pero hay que tener en cuenta que se trata de una receta tradicional, con
lo cual en cada casa se elabora de una forma distinta.
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